jueves, 25 de abril de 2013

La tienda de la verdad

La tienda de la verdad. Reflexiones Sabias.

No podía dar crédito a mis ojos cuando vi el nombre de la tienda; La tienda de la verdad... así que allí vendían verdad.

La correctísima dependienta me preguntó qué clase de verdad deseaba yo comprar, verdad parcial o verdad plena. Respondí que, por supuesto, verdad plena. No quería fraudes, ni apologías, ni racionalizaciones. Lo que deseaba era mi verdad desnuda, clara y absoluta. La empleada me condujo a otra sección del establecimiento en la que se vendía verdad plena.

El vendedor que trabajaba en aquella sección me miró compasivamente y me señaló la etiqueta en la que figuraba el precio. "El precio es muy elevado, señor", me dijo. "¿Cuál es?", le pregunté yo, decido a adquirir la verdad plena a cualquier precio. "Si usted se la lleva", me dijo, "el precio consiste en no tener ya descanso durante el resto de su vida".

Salí de la tienda entristecido. Había pensado que podría adquirir la verdad plena a bajo precio. Aún no estoy listo para la verdad. De vez en cuando ansío la paz y el descanso. Todavía necesito engañarme un poco a mí mismo con mis justificaciones y mis racionalizaciones. Sigo buscando aún el refugio de mis creencias incontestables.
La tienda de la verdad

"Decir la verdad tal como uno la ve... requiere mucho valor"
Anthony de Mello

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